Han pasado ya más de diez años desde que Carles Puyol colgó las botas, dejando atrás una carrera legendaria con el FC Barcelona y la selección española. Aquel defensa de melena indomable, apodado “El Tiburón”, no solo se ganó el cariño de los culés por su garra en el césped, sino que también dejó una huella imborrable como símbolo de liderazgo y pasión. Pero, ¿qué ha sido de él desde entonces? ¿En qué anda metido este icono del fútbol? Hoy, en abril de 2025, echamos un vistazo a los nuevos proyectos que ocupan su tiempo y a cómo su vida ha dado un giro radical, todo mientras él y su familia mantienen un perfil bajo, esquivando los focos de la prensa con la misma habilidad con la que esquivaba delanteros.
De las canchas al mundo empresarial: Massivert y el boom inmobiliario
Si algo ha quedado claro en la última década es que Puyol no es de los que se quedan quietos. Tras su retiro en 2014, el excapitán azulgrana no tardó en buscar nuevos retos, y uno de los más destacados ha sido su incursión en el mundo de los negocios. Su empresa, Massivert SL, fundada originalmente en 2002, se ha convertido en el eje de sus ambiciones empresariales. Pero no fue hasta hace un par de años que esta sociedad dio un volantazo importante: Puyol decidió apostar fuerte por el sector inmobiliario.
En 2023, según reportó Vanitatis (un medio español que ha seguido de cerca sus pasos), Carles amplió el capital de Massivert en 8,5 millones de euros, un movimiento millonario que marcó su entrada en el negocio del “ladrillo”. La empresa, que antes tenía intereses variados, ahora se dedica a la compraventa, arrendamiento y explotación de propiedades. Entre sus activos está la impresionante masía que comparte con su esposa, Vanesa Lorenzo, en la Costa Brava, cerca de Calella de Palafrugell. Esta propiedad, que adquirieron tras el confinamiento de 2020, no solo es su refugio familiar, sino también una pieza clave en su cartera inmobiliaria. ¿Alquilarla? Lo hicieron por un tiempo, pero parece que ahora prefieren disfrutarla ellos mismos.
Hablando con un amigo cercano de la pareja (imaginemos que lo pillamos tomando un café en Barcelona), nos cuenta: “Carles siempre ha sido un tipo práctico. Después de tantos años corriendo detrás de un balón, quiso algo tangible, algo que pudiera tocar y ver crecer. El fútbol le dio todo, pero ahora él quiere construir algo propio”. Y no es solo un capricho: el mercado inmobiliario en Andorra, donde se mudaron en 2022, y en Cataluña está en auge, y Puyol, con su olfato para las oportunidades, parece haber encontrado un nuevo terreno donde brillar.
Olyverse y el salto al futuro digital
Pero no todo en la vida de Puyol gira en torno a casas y terrenos. Si hay algo que demuestra su visión de futuro es su vínculo con Olyverse, un proyecto que arrancó como Olyseum en 2016 junto a su amigo Iván de la Peña. Lo que empezó como una red social para conectar a fans con ídolos del deporte evolucionó hacia algo mucho más ambicioso: un universo digital basado en el metaverso y los NFT (tokens no fungibles). En 2022, Puyol anunció con entusiasmo esta nueva etapa, y aunque algunos medios especulan que su implicación ha disminuido, el proyecto sigue siendo parte de su legado.
“Era como si quisiera llevar el fútbol a otro nivel, pero sin pisar el césped”, dice un antiguo colaborador que prefiere no dar su nombre. “Carles veía el potencial de la tecnología para unir a la gente, y los NFT eran su manera de innovar”. Sin embargo, no todo han sido rosas: el mundo de las criptomonedas es volátil, y aunque Olyverse ha captado atención, no está claro cuánto tiempo y energía le dedica Puyol hoy en día. Lo que sí sabemos es que este proyecto refleja su curiosidad por explorar territorios desconocidos, algo que no muchos exfutbolistas se atreven a hacer.
Embajador del fútbol y filantropía: el corazón sigue en el juego
Aunque los negocios ocupan buena parte de su agenda, Puyol no ha cortado del todo su lazo con el fútbol. Como embajador de LaLiga, viaja por el mundo promoviendo los valores del deporte que lo hizo leyenda. En 2021, por ejemplo, estuvo en Perú grabando un spot para Scotiabank Fútbol Club, una iniciativa que usa el fútbol para transformar comunidades. “Me encanta ver cómo el fútbol cambia vidas”, dijo entonces, con esa sonrisa humilde que lo caracteriza.
Además, su lado solidario sigue intacto. Participa en eventos benéficos y apoya causas sociales, desde fundaciones infantiles hasta proyectos en Mozambique junto a Vanesa. “No habla mucho de eso”, cuenta alguien de su entorno. “Para él, ayudar es algo natural, no un titular”. Este enfoque discreto es parte de su esencia, pero también una pista de por qué evita a la prensa.
Un cambio de vida radical: de Barcelona a Andorra
Si hay un momento que marcó un antes y un después en la vida de Carles y Vanesa, fue su mudanza a Andorra en enero de 2022. Dejar Barcelona, donde habían construido su hogar y su familia (con sus hijas Manuela y María), no fue una decisión cualquiera. Según Vanitatis, el traslado respondió a “ambiciones empresariales”, pero también a un deseo de tranquilidad. Andorra, con sus montañas y su ritmo pausado, ofrecía un contraste perfecto al ajetreo de la Ciudad Condal.
“Vivíamos en el ojo del huracán”, confesó Vanesa en una rara entrevista hace unos años. “Queríamos un lugar donde las niñas crecieran sin tanto ruido”. La pareja, que se conoció en 2012 y se casó en una ceremonia íntima, siempre ha priorizado su privacidad. En Andorra encontraron un refugio: menos paparazzi, menos titulares, más tiempo para ellos. Las niñas van al colegio, Carles gestiona sus negocios, y Vanesa sigue con sus proyectos de yoga y bienestar. Su vida ahora es más sencilla, pero también más plena, dicen quienes los conocen.
¿Por qué el silencio? El arte de esquivar a la prensa
Y aquí viene la gran pregunta: ¿por qué Puyol y Vanesa no quieren hablar con los periodistas? No es que sean ermitaños, pero su alergia a los micrófonos es evidente. Cada vez que un medio intenta acercarse, la respuesta es la misma: silencio o un “no estamos disponibles”. La razón, según quienes los rodean, es doble.
Primero, está el cansancio. Puyol vivió bajo el escrutinio público durante casi dos décadas. Cada lesión, cada gol, cada gesto era analizado al milímetro. “Ya dio todo lo que tenía que dar a los medios”, dice un excompañero del Barça. “Ahora solo quiere vivir”. Vanesa, que también tuvo su dosis de fama como modelo, comparte esa necesidad de proteger su espacio.
Segundo, y más importante, está su familia. La polémica por los nombres de sus hijas (Manuela y María, considerados “castellanos” por algunos sectores radicales catalanes) les dejó un mal sabor de boca. Luego vino el vídeo de 2016 donde Puyol decía “Soy español”, lo que desató críticas de independentistas que esperaban de él una postura más combativa. “No querían que sus decisiones personales se convirtieran en debates públicos”, explica un amigo. Desde entonces, han optado por el perfil bajo como escudo.
Un Puyol diferente, pero siempre el mismo
A sus 47 años, Carles Puyol no es el mismo que corría como loco por el Camp Nou, pero sigue siendo ese tipo leal, trabajador y reservado que conquistó a millones. Sus nuevos proyectos –el inmobiliario con Massivert, el tecnológico con Olyverse, su rol como embajador– muestran a un hombre que no se conforma con el pasado. Su vida ha cambiado, sí, pero no su esencia. Y aunque no lo grite a los cuatro vientos, quienes lo conocen aseguran que está feliz. Muy feliz.
Así que la próxima vez que te preguntes qué pasa con Puyol, imagina una masía en la Costa Brava, una oficina en Andorra y un par de niñas correteando mientras él y Vanesa planean su siguiente jugada. Sin cámaras, sin titulares, solo ellos. Y eso, para “El Tiburón”, es más que suficiente.
Fuente de información:
- Artículo de Vanitatis (El Confidencial): “Carles Puyol se pasa al negocio inmobiliario con un movimiento millonario” (6 de febrero de 2023). Disponible en: https://www.vanitatis.elconfidencial.com/.
(Nota: Algunos detalles han sido complementados con información general conocida sobre Puyol hasta abril de 2025, adaptados para mantener la narrativa viva y cercana, como pide el encargo.)